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Aburridos (gran cómic, gran)

Lo admito, admiro a todos los dibujantes con quienes trabajo. Antonio, Marc, Pedro, Franki. Me tomaría varios días enumerar las cualidades de estos tipos. Sin embargo, creo que sabrán comprender que ninguno es competencia para mi pequeña dibujante. Con seis añitos recién cumplidos, Luna me pidió que escribiera un guión para que ella lo dibujara. Había condiciones. Una nena y un perro debían ser los personajes. Rápidamente garabateé una breve situación que ella se encargó de plasmar en el papel con incuestionable maestría. Claro que también hubo situaciones de tira y afloje (como debe ser en toda relación que se precie entre guionista y dibujante). En este caso, el  punto más conflictivo fue que la dibujante se negaba a mantener la sobriedad en los rostros de los personajes, y se empecinaba en plantarles sendas sonrisas. Pero bien, tras meses de tener el proyecto archivado por culpa de un escáner roto, al fin pudimos concluirlo esta misma tarde. Y aquí está. Para el disfrute de todos.
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Comments

AntonioHG said…
Auguro un gran futuro para esta pequeña gran dibujante.

Impresionante.
someMARCus said…
Las nuevas generaciones aprietan y encima empiezan muy pronto Antonio, tendremos que ponernos las pilas.

¡GRAN cómic!
Blanca said…
me gusta mucho este comic ¿hay mas?
Simud said…
Claro que hay más, Blanca. De hecho, hace como tres meses que hay una historia de una angelito y una diablito esperando que la dibujante se digne a darle color.

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T enía 17 años cuando tomé la decisión de escribir con asiduidad. De aquella época guardo en mi computadora una carpeta titulada Primera etapa , con un puñado de cuentos escritos entre 1993 y 1995, y que desde el 2000 a esta parte tenía prácticamente olvidados. Durante años, estos cuentos me avergonzaban por su ingenuidad; cuando los escribí, sin embargo, era otra persona y ya no los siento propios. Esto me permitió volver a ellos con menos prejuicios, y hoy creo que se merecen un mejor final que morir arrumbados en un disco rígido ya bastante repleto de cosas olvidadas. Así que decidí revisar toda esta serie -y disimular sus más claras imperfecciones- para publicarla en este blog. Se trata de unos diez cuentos vagamente entrelazados, y mi intención es publicar uno nuevo cada dos semanas, sin ningún orden definido. El primero es el que da nombre a la serie, que había llamado Cuentos de un perro triste. De modo que empecemos: EL PERRO TRISTE Nadie se había puesto de acuerdo en un nombre

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