Skip to main content

Exégesis 26: Editorial dibujado

Llevo un tiempo (tal vez un año) acercándome más y más al dibujo, lo que creía algo casi superado. No ‘acercándome’, claro, sino ‘retornando’. Salvo algún ejercicio de inversión de roles con algún dibujante amigo, no había vuelto a delinear cómics desde mi adolescencia, y eso, pueden creerme, es muuucho tiempo.

Todavía no tengo en claro qué fue lo que me hizo volver a dibujar sin tanto pudor. Tal vez la ilusión de que no soy tan malo; tal vez la constatación de que es demasiado difícil encontrar dibujantes que realmente se comprometan para proyectos de mediano o gran tamaño, o que tengan un ritmo de trabajo enfermo como el mío. Tal vez el cada vez más profundo contacto con las teorías de Neil Cohn sobre el lenguaje visual, a las que ingresé casi al tiempo en que me cruzaba con conceptos como los volcados en el Manifiesto de la Novela Gráfica de Campbell, o en el movimiento de Grassroots Comics de Sarad Sharma, o en el ‘comics journalism’ de Joe Sacco. Todos los cuales enfatizan el rol del noveno arte como medio de expresión individual.

Lo cierto es que en algún punto estoy de vuelta. O por lo menos, con vistas a volver. Y seguramente el espacio de experimentación en que se convirtió la nueva Exégesis pueda contarse entre las causas de este retorno. Tal vez por eso, ante la necesidad de preparar un editorial para el número 26, me pareció casi natural hacerlo en forma de historieta. A pesar de mis evidentes limitaciones con la figura femenina, he quedado bastante conforme. Les dejo una viñeta de muestra. Pueden leer el editorial completo en los siguientes links:



Comments

Lo más leído

Hello (cómic)

H ace unos días publicamos en Exégesis un brevísimo cómic creado junto al fantástico artista colombiano Altais . No es más que una mínima vuelta de tuerca al tema de la inteligencia artificial, tocada (creemos) con una pincelada de humor. Sin mayores preámbulos, ¡que lo disfruten! Leer en Revista Exégesis . Leer en mi galería de cómics . O cliquear debajo para leer en Issuu: Open publication - Free publishing - More altais

El perro triste (cuento)

T enía 17 años cuando tomé la decisión de escribir con asiduidad. De aquella época guardo en mi computadora una carpeta titulada Primera etapa , con un puñado de cuentos escritos entre 1993 y 1995, y que desde el 2000 a esta parte tenía prácticamente olvidados. Durante años, estos cuentos me avergonzaban por su ingenuidad; cuando los escribí, sin embargo, era otra persona y ya no los siento propios. Esto me permitió volver a ellos con menos prejuicios, y hoy creo que se merecen un mejor final que morir arrumbados en un disco rígido ya bastante repleto de cosas olvidadas. Así que decidí revisar toda esta serie -y disimular sus más claras imperfecciones- para publicarla en este blog. Se trata de unos diez cuentos vagamente entrelazados, y mi intención es publicar uno nuevo cada dos semanas, sin ningún orden definido. El primero es el que da nombre a la serie, que había llamado Cuentos de un perro triste. De modo que empecemos: EL PERRO TRISTE Nadie se había puesto de acuerdo en un nombre

El origen de lo ‘bueno’ y lo ‘malo’

E n su 'Genealogía de la Moral', Nietszche proponía la lúcida hipótesis de que las palabras de contenido moral fueron acuñadas por las clases poderosas como un modo de denominarse a sí mismas y de caracterizar sus acciones. Luego, tras la decadencia de esas clases dominantes, las palabras habrían quedado ligadas únicamente a valoraciones morales. Como la mayoría de los ejemplos que da Nietszche provienen del alemán, del inglés o del griego, me tomé el atrevimiento de investigar acerca del origen de los términos ‘bueno’ y ‘malo’ en el castellano. Tal vez mis conclusiones sean apresuradas dado mi escasa (está bien, mi nula) preparación filológica, pero por lo menos, he dado con algunas relaciones sugestivas. A saber: La palabra ‘bueno’ proviene del latín ‘bonus’, que, entre sus muchas acepciones incluye la de ‘rico’, ‘adinerado’. Así parece haber sido utilizada por Cicerón, en “Video bonorum urbem refertam” (“Veo que la ciudad está invadida de ricos” –o, forzando la literalidad