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Showing posts from December, 2013

Tres traducciones que me enorgullecen (y algunas notas sobre el potencial de la historieta)

H e estado haciendo traducciones desde antes de que mi manejo del inglés fuese decente. Y luego, cuando ya me podía entreverar con piezas de toda calaña sin demasiado esfuerzo, llegué incluso a tentarme con la posibilidad de tomar algunas comisiones y despuntar el vicio a cambio de unos morlacos. No tardé en darme cuenta de que no iba a haber forma de disfrutar de esto traduciendo sitios de hotelería y manuales técnicos. Mi tiempo siempre valió demasiado como para perderlo en banalidades asalariadas.  De modo que solo seguí castellanizando aquello que considero valioso. Pero nunca como este año me comprometí tan profundamente con esto, hasta el punto de poder sentir que me honra ser el primero en acercar al español a autores aún ignotos pero con proyección asegurada, como Jonas McCluggage, Neil Cohn y Sarad Sharma. Jonas McCluggage es un buscavidas veinteañero que comenzó a narrar sus peripecias adolescentes en el webcómic ‘The adventures of Jonas’ (Las aventuras de Jonas) aún antes

Prólogo a un amigo caminante

N o es fácil forjar una amistad verdadera a través de la web. Habrá quienes pretendan que las relaciones virtuales son inevitablemente incompletas, y seguramente tengan razón. ¿Pero por qué pensar que de esa incompletud no pueda surjir algo verdadero, tan real como estos dedos de carne y hueso que se afanan sobre el teclado? Después de todo, del otro lado también hay dedos, igual de reales y tan de carne y hueso como los míos, afanándose sobre otro teclado. La Historia nos ha hablado recurrentemente de los amores y las amistades por correspondencia de grandes hombres del pasado. Amistades algunas que supieron vertebrar vidas enteras y que han merecido sus propios libros y estudios biográficos. Pero esa honestidad del corazón y del intelecto se suele negar con demasiada facilidad al intercambio digital, aún cuando este posibilite prácticamente todo tipo de contacto, incluyendo la charla cara a cara, y solo empobrezca ante un detalle casi insignificante: la ausencia de sincronía espac