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Showing posts from October, 2017

Quién une al peronismo después de octubre

* con Ezequiel Gerace S e suele recordar que Néstor Kirchner vislumbraba para la Argentina un sistema político bipartidista, con una fuerza progresista de centroizquierda que él aspiraba a comandar, y una oposición de centroderecha que por entonces no terminaba de encontrar su forma definitiva. Las elecciones de octubre parecen confirmar que Cambiemos se ha consolidado como la pata derecha de este potencial bipartidismo. Refuerzan esta percepción los magros resultados de las oposiciones condescendientes con el gobierno. Hoy, las propuestas de corte liberal confluyen dentro de Cambiemos, o se diluyen frente a su avance. Esta consolidación de una centroderecha electoralista y de proyección nacional ha encontrado, curiosamente, a la centroizquierda fracturada. El peronismo, que con todos sus matices continúa siendo –por lo menos doctrinariamente- la centroizquierda vernácula por excelencia, ha cedido unidad y peso electoral frente a las ambiciones personales y las presiones corporati

Un contrarrevolucionario llamado Trotsky

“M ientras las tropas insurgentes marchaban hacia la muerte, resistiendo el asalto furibundo de los cosacos de Denikin, los regimientos bolcheviques invadieron la región del norte, atacando a los majnovistas por la retaguardia. Al invadir los poblados, los bolcheviques apresaron a los militantes anarquistas y los ejecutaron; destruyeron las comunas libres y otras organizaciones similares. Trotsky, que había llegado a Ucrania por esta época, tuvo un papel fundamental en este ataque. Es posible imaginar cómo debió sentirse al descubrir una región perfectamente independiente; al oír el lenguaje libertario de los pobladores, que desconocían su poder; al leer los periódicos en los que esta gente hablaba de él sin respeto ni temor, solo como un funcionario más del Estado. Trotsky, que se encaminaba a barrer con el anarquismo de Rusia con “escoba de hierro”, solo pudo haber experimentado un odio ciego propio de los estatistas de su tipo. Su odio se expresa en toda una serie de órdenes dictada

Cuando lo indígena era parte de nuestro proyecto de país: tres notas

«L a logia que organizaron Alvear y San Martín en Buenos Aires tomó el nombre del caudillo araucano Lautaro, un sirviente de Valdivia, el conquistador de Chile, que aprendió de él las destrezas marciales de la caballería, se rebeló y le dio muerte, según la leyenda, haciéndole beber derretido el oro que tanto lo obsesionaba. Era una perfecta metáfora del desafío que asumían aquellos criollos, formados en el ejército español, al levantarse contra el opresor colonial (y si tomaron como emblema un “indio chileno”, según expresión de Vicente Fidel López, era porque para ellos no había diferencias entre indios y criollos, y menos entre argentinos y chilenos). […] E n mayo de 1813, cuando organizaba sus escuadrones de granaderos, San Martín recibió en Buenos Aires un contingente de 261 reclutas misioneros, conducidos por cuatro oficiales guaraníes… San Martín era “paisano” de los misioneros por haber nacido en Yapeyú, y además ––según documentos y testimonios que ahora conocemos mejor––

Violencia, una profecía que no es nuestra

Hace poco menos de un mes que compartí estas notas a través La Mancha. Acababan de ocurrir los desmanes provocados por infiltrados tras la marcha del 1º de septiembre, y las detenciones arbitrarias de treinta personas. Desde entonces, el gobierno y sus voceros mediáticos no han dejado de abonar a la teoría de una oposición cada vez más radical y violenta...    M arcos Peña expresó su preocupación por que los argentinos “sigamos naturalizando a un grupo político que legitima la violencia, como es el kirchnerismo”. El kirchnerismo, se extrae de lo anterior, debería ser ‘desnaturalizado’, extirpado del cúmulo de realidades que la sociedad argentina acepta ‘con naturalidad’. No hace falta indicar la rotunda violencia que habita los conceptos del jefe de gabinete. Es la violencia de la negación del otro, de su anulación como una identidad válida; es la más oscuras de las violencias, una violencia que solo puede hallar su punto de equilibrio en la destrucción del otro. Hoy no existe marg