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T ras casi un año de parate (un año que nos tuvo a Pedro y a mí entretenidos con Nuestro Discreto Apocalípsis ) decidimos volver con nuestro parco héroe postapocalíptico (a quien nunca pensamos en abandonar, por supuesto). Este año, entonces, es un año doblemente seco ( reseco , se diría). Y es que estamos trabajando con nuestro bíblico personaje en varios frentes. En principio, reiniciamos la publicación del Génesis: capítulo 1 , esta vez en el fantástico portal de webcómics Subcultura . Junto con este 'reestreno', seguimos avanzando en el capítulo 2 del Génesis, cuyas primeras páginas se encuentran prontas a ver la luz. Pero como si esto fuera poco, teníamos que ser retorcidos y publicar en formato de serie episodios de lo que será el libro de los Evangelios, un libro muy posterior al Génesis (para que se entienda: estamos avanzando en el comienzo y en la mitad de nuestra enorme historia al mismo tiempo; y la verdad, que está muy bueno!). Con buenas dosis de acción e int

H ace unos días publicamos en Exégesis un brevísimo cómic creado junto al fantástico artista colombiano Altais . No es más que una mínima vuelta de tuerca al tema de la inteligencia artificial, tocada (creemos) con una pincelada de humor. Sin mayores preámbulos, ¡que lo disfruten! Leer en Revista Exégesis . Leer en mi galería de cómics . O cliquear debajo para leer en Issuu: Open publication - Free publishing - More altais

Respuesta de Tolkien al pedido de sus editors alemanes de pruebas de su ascendente ario: Estimados: Os agradezco vuestra carta. Lamento no tener del todo claro a  qué os referís con ‘arisch’. No soy de extracción ‘Aria’: es decir, Indo-iraní; hasta donde sé, ninguno de mis ancestros hablaba hindú, persa, gitano, o algún dialecto derivado. Pero si interpreto correctamente que vuestra inquietud está referida a si soy de origen ‘judío’, tan sólo puedo señalar que lamento no tener al parecer ancestros de este pueblo dotado. Mi tatarabuelo llegó a Inglaterra en el siglo XVIII desde Alemania: la mayor parte de mi herencia es, en consecuencia, puramente inglesa; yo mismo soy un ciudadano inglés (lo que debería bastaros). He acostumbrado, a pesar de ello, a tener mi apellido alemán en alta estima, y continué haciéndolo durante la última y lamentable guerra, cuando serví al ejército inglés. No puedo, sin embargo, evitar señalar que si indagaciones de este tipo se vuelven costumbre en asunt