Las diversas formas del delito son en parte el síntoma visible de cómo se vive y se muere en una sociedad determinada. (...) En un mundo donde la lógica de la ganancia como sea es el pensamiento dominante, el extremo perverso de invertir en el rubro que más rinda, aunque ese métier se lleve puesto a miles de jóvenes, se convierte en el común denominador de un universo cada vez más extenso de habitantes de este mundo globalizado. Cuando este tipo de negocio se generaliza en regiones determinadas, las pujas por los mercados de la producción y de distribución de las drogas prohibidas se transforman, de manera que el fenómeno irrumpa en las últimas décadas de la mano de la hegemonía neoliberal que debilitó las funciones de regulación de los Estados y arrasó las economías a favor de la extensión sin límites del negocio financiero, en detrimento del trabajo productivo, con efectos catastróficos a escala social. Jorge Muracciole, en Tiempo Argentino .