L a metáfora de Alfredo Casero era clara. Si se nos quemó la casa, no podemos pedir flan; ergo, si el país está en crisis, no podemos pedir más salario -ni presupuesto educativo, ni jubilaciones, ni medicamentos. Pedir lo imposible es de niños caprichosos. Por lo tanto, el ‘flan’ representaba en la metáfora de Casero el capricho de los opositores; o lo que es lo mismo, de los kirchneristas. Pasaremos por alto que este capricho toma el lugar -nada menos- que de los derechos vulnerados por las políticas macristas. Tampoco nos detendremos como bien hizo Paco Olveira, en la realidad de los barrios donde lo que falta no es flan, sino pan y leche. La metáfora de Casero en su sentido original (el ‘flan’ como símbolo del capricho kirchnerista) es apenas el punto de partida para recorrer alguno de los mecanismos discursivos de la comunicación oficialista. El punto de llegada será aún menos consistente que el controvertido símbolo caseriano. Del 'flan' al 'flan': el vaciamiento...