N unca me canso de alabar la destreza editorial del enorme Owen Watts (es fácil ser arqueólogo en la Gran Bretaña, ¿pero ser arqueólogo y dedicarse a los cómics?). Así y todo, mi primera participación en una de sus colecciones no fue del todo feliz, como ya comenté en alguna oportunidad . Después de esta primera mala experiencia decidí no comprometer más que ideas de medio pelo en su proyecto ‘The Psychedelic Journal of Time Travel’. La primera de ellas fue Karma Traveller , la segunda The Universal Market. Ya tenía este segundo corto en producción cuando recibí el primer número de este emprendimiento y noté lo equivocado que había estado en prejuzgar el nivel general de artistas y argumentos. Fue entonces que me animé a soltar una buena idea (creo yo), que acabó siendo The Film Theory . Ya he hablado de cada uno de estos proyectos en su momento. Quedaba hacerlo más en detalle con The Universal Market, que fue la que más se retrasó. A pesar de la indeseable espera, el guión acabó nada