"C onviene considerar que el alma es un cuerpo sutil esparcido por todo el organismo, muy semejante a un aire con cierta mezcla de calor, unas veces más afín al aire, otras al calor; es la parte que por la sutileza de sus partículas se diferencia mucho de las otras, y por tanto tiene mayor afinidad con el resto del organismo. Todo esto lo ponen de manifiesto las facultades del alma, las afecciones, las mociones y los pensamientos, y todo aquello cuya privación nos produce la muerte." Diógenes Laertes (s/d) “Carta a Heródoto.” Vida de Epicuro.