Había leído los primeros capítulos de ‘El cielo está enladrillado’, la enorme obra del enorme Franki. Tras algunos intercambios en el foro de Exégesis, acabamos comprometidos con una breve historia de 6 páginas. Todavía gozo y me relamo repasando cada una de estas bellísimas viñetas. Luego de nuestra primera experiencia en sociedad intentamos hacer algo más ambicioso juntos, pero mi intratable tozudez hizo que todo fracasara. Es una pena. ¡Amo a Franki! Tuvieron que transcurrir unos prudentes siete años antes de que retomáramos la dupla. Ahora, cada tanto, volvemos a encarar algún cómic corto, de esos que nos garantizan llegar a buen puerto y resguardan nuestra amistad al mismo tiempo.
El guión para esta historia fue mi primer guión en inglés. Lo escribí una dibujante búlgara que luego se echó atrás. Me costó horrores traducir el texto original sin que perdiera cierta poesía y naturalidad. Cuando comenzamos a vislumbrar la posibilidad de colaborar con Franki, no tuve dudas de que el tono de la historia iba a encajar a la perfección con su estilo. Hoy ya no puedo imaginármela dibujada de otro modo.
Pero este cómic también tiene su lado incómodo: apenas un mes después de publicarlo, descubrí un video francés que describe el viaje fantástico de un globo en una tónica muy similar a la de nuestra historia. Descorazonado, corrí a comunicarle mi hallazgo a Franki. Aunque nunca me repondré de aquel desencanto, su respuesta sigue siendo tranquilizadora: "La coincidencia es bastante impresionante. Pero es una coincidencia, nada más. Nuestra historia es sensiblemente distinta, aunque eso sí, el recorrido del globo es bastante parecido..., vaaale muy parecido... Pero no es lo mismo... Esta era mi impresión, según iban pasando las distintas escenas de la animación (...) Hay que entenderlo como una casualidad el que nos haya quedado un comic tan cercano a esa animación. Nosotros somos dos autores. Íntegros. Creamos historias, no plagiamos, nosotros lo sabemos, y eso es lo único que importa...".
Nuestra historia siguió su recorrido, y en 2011, llegó a las páginas del fanzine boliviano Freak.
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