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You’re not alone (antología)


Entre mis muchas colaboraciones para la editorial GrayHaven Comics, se encuentra una pequeña historieta que acaba de ser publicada en la colección ‘You’re not alone’ (No estás solo), a la venta desde el 14 de febrero. Lo que caracteriza a la gente de GrayHaven es el gusto por las antologías temáticas (guerra, horror, sci-fi, supervivencia, pecados capitales... por mencionar algunas donde he hecho mi aporte). De todas las temáticas posibles, tal vez la más curiosa y delicada fue la que distingue, justamente, a ‘You’re not alone’. Esta antología propone historias para adolescentes sobre “abuso, violencia, depresión, homofobia y racismo con un mensaje de esperanza.” La evidente pretensión didáctica y de apoyo emocional parecía condicionar toda posibilidad de crear una historia que pudiera sostenerse por sí misma. Nada me molestaba más que sacrificar intensidad narrativa en favor de un didacticismo optimista. Creo haber logrado evitar este mal, hasta el punto de haber alcanzado una historia que me satisface enormemente. Por si fuera poco, convencí a mi colega AntonioHG para que se apodere de los lápices y claroscuros que pueblan este cómic, y el resultado no podía ser mejor.

Aquella pequeña historia se intitulaba ‘The key’, fácilmente castellanizada en ‘La llave’, y con este título la incluyó mi socio Marc Roca en el número 25 de Revista Exégesis.

Si alguno no leyó este cómic aún, los invito a hacerlo. Y para los que deseen adquirir la antología angloparlante por la jugosa suma de 15 verdes, no tienen más que pasearse por aquí.

Que los disfruten.

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El perro triste (cuento)

T enía 17 años cuando tomé la decisión de escribir con asiduidad. De aquella época guardo en mi computadora una carpeta titulada Primera etapa , con un puñado de cuentos escritos entre 1993 y 1995, y que desde el 2000 a esta parte tenía prácticamente olvidados. Durante años, estos cuentos me avergonzaban por su ingenuidad; cuando los escribí, sin embargo, era otra persona y ya no los siento propios. Esto me permitió volver a ellos con menos prejuicios, y hoy creo que se merecen un mejor final que morir arrumbados en un disco rígido ya bastante repleto de cosas olvidadas. Así que decidí revisar toda esta serie -y disimular sus más claras imperfecciones- para publicarla en este blog. Se trata de unos diez cuentos vagamente entrelazados, y mi intención es publicar uno nuevo cada dos semanas, sin ningún orden definido. El primero es el que da nombre a la serie, que había llamado Cuentos de un perro triste. De modo que empecemos: EL PERRO TRISTE Nadie se había puesto de acuerdo en un nombre

El origen de lo ‘bueno’ y lo ‘malo’

E n su 'Genealogía de la Moral', Nietszche proponía la lúcida hipótesis de que las palabras de contenido moral fueron acuñadas por las clases poderosas como un modo de denominarse a sí mismas y de caracterizar sus acciones. Luego, tras la decadencia de esas clases dominantes, las palabras habrían quedado ligadas únicamente a valoraciones morales. Como la mayoría de los ejemplos que da Nietszche provienen del alemán, del inglés o del griego, me tomé el atrevimiento de investigar acerca del origen de los términos ‘bueno’ y ‘malo’ en el castellano. Tal vez mis conclusiones sean apresuradas dado mi escasa (está bien, mi nula) preparación filológica, pero por lo menos, he dado con algunas relaciones sugestivas. A saber: La palabra ‘bueno’ proviene del latín ‘bonus’, que, entre sus muchas acepciones incluye la de ‘rico’, ‘adinerado’. Así parece haber sido utilizada por Cicerón, en “Video bonorum urbem refertam” (“Veo que la ciudad está invadida de ricos” –o, forzando la literalidad