M igue García, hijo del ícono del rock nacional, salió a sembrar dudas acerca del tratamiento de recuperación al que su padre es sometido, y a despotricar contra el responsable de tal recuperación, Palito Ortega, ícono pop setentista y efímero político noventoso de factura menemista. Lo curioso, aunque predecible, es que los medios y buena parte de la opinión pública hayan respaldado la lógica con la cual Palito se desentiende de las críticas de Migue. Resumámosla de este modo: ¿Qué viene a reclamar ahora este pibe? ¿Por qué no se ocupó de la adicción de su padre cuando el músico había llegando al límite? La reacción cuidadosa pero severa de los medios fue mostrar a Migue como un desagradecido y un incompetente. No es que tal construcción requiera gran esfuerzo. Cualquier entrevista al muchacho lo muestra claramente como un incoherente y un resentido, incapaz de articular dos palabras consecutivas, ya sea por falta de inteligencia o por el hábito tóxico que parece correr ...