Eterno, eterno... Así fue este cómic, que iniciamos con Pedro en febrero del año pasado y que pasó casi un año aguardando por un colorista hasta que finalmente fue a caer en las sabias manos de Pablo Caballero. Desde su inicio éramos conscientes de que estábamos metiéndonos en un terreno inseguro. Se trata de una historia que surgió como respuesta al extraño placer que he notado que producen algunas historias y estructuras narrativas. De modo que inicialmente no era más que un breve relato reflexivo e intertextual que luego fue contaminándose con elementos de acción y de ciencia ficción, todos intencionalmente convencionales y transitados. Es, asimismo, el relato más complejo que llevo escrito, con varios niveles narrativos distintos entrelazándose y donde todo, hasta la disposición de viñetas, está cargado de sentido. Dudo que sean muchos los que puedan captar esta complejidad en toda su dimensión, pero supongo que tampoco es necesario. A veces, cuando uno experimenta, lo hace por el mero placer onanista que la experimentación produce y sin esperar que ese regocijo pueda trasladarse a los otros. Así que aquí finalmente, después de más de un año, podemos decir que pusimos el (paradójico) punto final a esta historia. Acompañando este estreno, dejo también algunos bocetos preliminares de los personajes principales:
(Primeros diseños de Robinsón)
(Primeros diseños del Capitán)
(Pruebas de diseño para Viernes)
Comments