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Con vuelo propio (Exégesis Nº42)

Con largo retraso después del abandono de uno de nuestros colaboradores, Exégesis regresa a la web. Tan viva como siempre. Un nuevo número, y mucha, mucha narrativa gráfica: 
 

Las alas desplegadas

Lo sabemos y lo asumimos. Cada nuevo número de Exégesis posee la épica de lo imposible. Todos sabemos que es imposible dar a luz una publicación independiente de cómics en español y sobrevivir 42 números. Todos sabemos que es imposible llegar a lectores de uno y otro lado del océano con el mismo ímpetu y el mismo amor, y congregar una veintena de autores de calidad número tras número a lo largo de seis años ininterrumpidos. Todos sabemos que Exégesis es imposible. Exégesis no debería existir, y tal vez no exista. Tal vez sea una fantasía, una ficción colectiva consensuada por cientos y cientos en cada extremo de una red hecha de imaginación y virtualidad. Exégesis no existe. Es un sueño, tan bello como el sueño de volar. Exégesis no existe. Y así y todo, sobrevive, como los sueños. Con cada número, sus alas hechas de magia y fantasía vuelven a desplegarse una vez más. Y no hay vuelos rasantes ni caídas en picada, sino trayectorias kilométricas y viajes de magnitudes cósmicas. Por eso cada ocasión en que despegamos los pies del suelo es un momento que vale la pena celebrar. Por eso la épica. Lo sabemos y lo asumimos. Aunque no existamos, aunque todo no sea más que un sueño. Volvemos a soñar, y con este nuevo número, una vez más, los invitamos a volar.


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Hello (cómic)

H ace unos días publicamos en Exégesis un brevísimo cómic creado junto al fantástico artista colombiano Altais . No es más que una mínima vuelta de tuerca al tema de la inteligencia artificial, tocada (creemos) con una pincelada de humor. Sin mayores preámbulos, ¡que lo disfruten! Leer en Revista Exégesis . Leer en mi galería de cómics . O cliquear debajo para leer en Issuu: Open publication - Free publishing - More altais

El perro triste (cuento)

T enía 17 años cuando tomé la decisión de escribir con asiduidad. De aquella época guardo en mi computadora una carpeta titulada Primera etapa , con un puñado de cuentos escritos entre 1993 y 1995, y que desde el 2000 a esta parte tenía prácticamente olvidados. Durante años, estos cuentos me avergonzaban por su ingenuidad; cuando los escribí, sin embargo, era otra persona y ya no los siento propios. Esto me permitió volver a ellos con menos prejuicios, y hoy creo que se merecen un mejor final que morir arrumbados en un disco rígido ya bastante repleto de cosas olvidadas. Así que decidí revisar toda esta serie -y disimular sus más claras imperfecciones- para publicarla en este blog. Se trata de unos diez cuentos vagamente entrelazados, y mi intención es publicar uno nuevo cada dos semanas, sin ningún orden definido. El primero es el que da nombre a la serie, que había llamado Cuentos de un perro triste. De modo que empecemos: EL PERRO TRISTE Nadie se había puesto de acuerdo en un nombre

El origen de lo ‘bueno’ y lo ‘malo’

E n su 'Genealogía de la Moral', Nietszche proponía la lúcida hipótesis de que las palabras de contenido moral fueron acuñadas por las clases poderosas como un modo de denominarse a sí mismas y de caracterizar sus acciones. Luego, tras la decadencia de esas clases dominantes, las palabras habrían quedado ligadas únicamente a valoraciones morales. Como la mayoría de los ejemplos que da Nietszche provienen del alemán, del inglés o del griego, me tomé el atrevimiento de investigar acerca del origen de los términos ‘bueno’ y ‘malo’ en el castellano. Tal vez mis conclusiones sean apresuradas dado mi escasa (está bien, mi nula) preparación filológica, pero por lo menos, he dado con algunas relaciones sugestivas. A saber: La palabra ‘bueno’ proviene del latín ‘bonus’, que, entre sus muchas acepciones incluye la de ‘rico’, ‘adinerado’. Así parece haber sido utilizada por Cicerón, en “Video bonorum urbem refertam” (“Veo que la ciudad está invadida de ricos” –o, forzando la literalidad