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Antología de Relatos Cortos de Ciencia Ficción

Pues acabo de enterarme, tarde, como es mi costumbre, que tras las últimas Navidades se publicó esta rara antología conducida por la gente de ZonaeReader, luego de un interesante concurso cuya particularidad consiste en que son los mismos usuarios de la plataforma, a través de un complejo mecanismo de participación y crítica, quienes eligen a los ganadores. Para mi sorpresa, el comentario crítico más recurrente que recibió mi relato 'Sin Palabras' fue que tenía las tildes mal puestas y que recurría demasiado a regionalismos. Claro, a muchos de estos lectores españoles no se les ocurrió pensar que escribía en argentino. Algo, confieso, que me hizo sentir particularmente orgulloso. Finalmente, mi cuento quedó sexto en una colección más que abultada. 

'Sin Palabras' es un cuento viejo de ciencia ficción, de la época en que todavía escribía cuentos y ciencia ficción (y era mucho menos viejo). Es decir, de hace no menos de diez años. Abandonado durante casi una década debido a sus muchas imperfecciones, creí encontrarle la vuelta formal recién durante la cuarentena 2020. Aunque en principio pensé en compartirlo en mi Diario della 40N, finalmente opté por otro recorrido. No es raro encontrarme trabajando en una misma historia durante quinquenios, cuando no décadas. Este no es el primer caso, ni será el último. De modo que lo que más satisfacción me da es haber podido ponerle punto final al asunto. 'Sin Palabras' ya es historia. 

Ahora bien, si alguno se atreve a la aventura, no tiene más que encargar un tomo a través de Amazon, y de paso estará colaborando con la asociación protectora de animales Las Huellas de Thor. Qué tul.





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El perro triste (cuento)

T enía 17 años cuando tomé la decisión de escribir con asiduidad. De aquella época guardo en mi computadora una carpeta titulada Primera etapa , con un puñado de cuentos escritos entre 1993 y 1995, y que desde el 2000 a esta parte tenía prácticamente olvidados. Durante años, estos cuentos me avergonzaban por su ingenuidad; cuando los escribí, sin embargo, era otra persona y ya no los siento propios. Esto me permitió volver a ellos con menos prejuicios, y hoy creo que se merecen un mejor final que morir arrumbados en un disco rígido ya bastante repleto de cosas olvidadas. Así que decidí revisar toda esta serie -y disimular sus más claras imperfecciones- para publicarla en este blog. Se trata de unos diez cuentos vagamente entrelazados, y mi intención es publicar uno nuevo cada dos semanas, sin ningún orden definido. El primero es el que da nombre a la serie, que había llamado Cuentos de un perro triste. De modo que empecemos: EL PERRO TRISTE Nadie se había puesto de acuerdo en un nombre

El origen de lo ‘bueno’ y lo ‘malo’

E n su 'Genealogía de la Moral', Nietszche proponía la lúcida hipótesis de que las palabras de contenido moral fueron acuñadas por las clases poderosas como un modo de denominarse a sí mismas y de caracterizar sus acciones. Luego, tras la decadencia de esas clases dominantes, las palabras habrían quedado ligadas únicamente a valoraciones morales. Como la mayoría de los ejemplos que da Nietszche provienen del alemán, del inglés o del griego, me tomé el atrevimiento de investigar acerca del origen de los términos ‘bueno’ y ‘malo’ en el castellano. Tal vez mis conclusiones sean apresuradas dado mi escasa (está bien, mi nula) preparación filológica, pero por lo menos, he dado con algunas relaciones sugestivas. A saber: La palabra ‘bueno’ proviene del latín ‘bonus’, que, entre sus muchas acepciones incluye la de ‘rico’, ‘adinerado’. Así parece haber sido utilizada por Cicerón, en “Video bonorum urbem refertam” (“Veo que la ciudad está invadida de ricos” –o, forzando la literalidad