En Radio Continental, Magdalena Ruiz Giñazú interpeló al gobernador Daniel Scioli. En más o menos diez ocasiones, la periodista intentó extraer una respuesta acerca de si el gobernador va o no a ocupar la banca para la cual se postula. En cada una de estas (más o menos) diez ocasiones, el gobernador esquivó la respuesta. Ni sí, ni no. Scioli es un claro símbolo de la incertidumbre política en la que estamos. Todo puede ser, o puede no serlo, o puede que sea a medias; hoy puedo estar con éste, hoy con aquél, mañana con ambos; hoy defiendo ciertas políticas, mañana otras, pasado las dos –sin importar cuán contradictorio esto sea. El periodista que acompañaba a Magdalena (y que también hizo su inútil intento por extraer una respuesta del gobernador) lo definió con corrección: el limbo existe. El limbo es una incógnita. Las certidumbres, las precisiones siempre pueden molestar a alguien. Scioli, con su habilidad para quedar bien con todos y evitar precisiones es el gran ícono del limbo político en el que estamos encharcados.

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De hecho, la 'compra' del fútbol parece parte de este mismo tira y afloje, y no sé hasta qué punto esto no le quita legitimidad a una propuesta inicialmente valiosa. El tema es que cuando uno es dueño de un canal, como De Narváez, está en todo su derecho de hacer con su canal lo que le plazca. Pero siendo gobierno, uno debe medir mucho más cada acción, porque lo que se pone en juego es la credibilidad y la legitimidad de acciones que nos comprometen a todos. Si de Narváez pierde credibilidad porque maneja de modo turbio su canal, a nadie más que a él mismo debería preocuparle; pero cuando un gobierno pierde credibilidad porque el manejo turbio se realiza con los medios oficiales, entonces el problema puede ser más grave. Y creo que un gran problema en el manejo mediático de este gobierno (que tiene a canal 7, pero también el apoyo de Telefé) es el no poder comunicar con claridad. Rara vez tenemos información clara y transparente acerca de las acciones gubernamentales, y en un mundo mediatizado, no hay nada más riesgoso que no saber informar.
Y con esto vuelvo al tema que vos planteaste al comienzo. Vos señalás que ningún canal habla de las obras del gobierno, pero desde la propaganda oficial, que incluyen dos canales, publicidades varias, y frecuentes cadenas nacionales, tampoco se muestran muchas acciones concretas. Y claro que las hay. Pero me da la impresión que no se saben comunicar con propiedad y claridad. Y eso le juega muy en contra a un gobierno que tiene ya de por sí a muy poca prensa a favor.
Un abrazo.
Un saludo, y gracias una vez más por prestarte a debatir.