En lugar de conocer plenamente una cosa, ya sea la redondez de la Tierra o la igualdad esencial entre los seres humanos, los alumnos adquieren lo que podríamos llamar un conocimiento ritual. (...) En una palabra, aprenden a seguirle el juego a la escuela. (...) Existe un testimonio de una buena alumna de matemática, recogido hace algunos años por los investigadores y que fue famoso en su tiempo. Ella explicaba su estrategia de la siguiente manera:
Sé lo que tengo que hacer guiándome por los ejemplos. Si hay dos números, sustraigo. Si hay muchos números, sumo. Si sólo hay dos y uno es menor que el otro, el problema se pone difícil. Entonces divido y veo si el resultado da justo. Si no da justo, multiplico.
Perkins, David (1995) La Escuela Inteligente.
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