A través de las palabras, los mitos y las narraciones, se va moldeando la subjetividad individual y colectiva en una sociedad. Cuentos como el de la Cenicienta, por ejemplo, estimulan la sumisión y entrega de las mujeres, mientras que El Gato con Botas desarrolla el espíritu aventurero y audaz de los hombres. A lo largo de la historia es más común encontrar la palabra 'bruja' referente a un personaje femenino que la palabra 'sabia', aunque en ambos casos estamos hablando de alguien que tiene acceso a conocimientos poco comunes. En el primer caso la connotación es negativa y en el segundo positiva y es evidente que en la imaginación de las generaciones de niño y niñas que han escuchado esos relatos se perfila 'sabio' como un hombre bueno, y 'bruja' como mujer mala. Laura Alves, citada en Alonso, Graciela y otros (2007) Espacios escolares y relaciones de género.