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El ejército campesino de Majnó

"Majnó ocupaba la aldea [de Gulyai-Polye] con una pequeña patrulla. Los austríacos estacionados en Pologi enviaban allí sus tropas. Durante el día Majnó carecía de apoyo y era forzado a abandonar la aldea. Pero al atardecer, varios cientos de campesinos de Gulyai-Polye iban en su ayuda, y gracias a ellos lograba resistir a toda la división de soldados austríacos. Al amanecer los campesinos regresaban a sus hogares, temerosos de ser delatados por algún aldeano que los hubiera visto combatiendo en las líneas de los insurgentes. Nuevamente Majnó se veía obligado a abandonar la aldea de día debido al número mayor de las fuerzas enemigas. Pero reanudaba sus ataques por la noche, tras ser notificado por los campesinos de que vendrían en su ayuda tan pronto oscureciera. Así recuperaba la aldea y perseguía a los austríacos con la ayuda de los habitantes locales. Esto se continuó por tres o cuatro días, tras los cuales Gulyai-Polye finalmente quedó en manos de los campesinos insurgentes.

Así de vitales eran los lazos que en todas partes se establecían entre las amplias masas de campesinos y las patrullas revolucionarias de Majnó."

Peter Arshinov  (1923) History of the Makhnovist Movement (1918-1921).


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Hello (cómic)

H ace unos días publicamos en Exégesis un brevísimo cómic creado junto al fantástico artista colombiano Altais . No es más que una mínima vuelta de tuerca al tema de la inteligencia artificial, tocada (creemos) con una pincelada de humor. Sin mayores preámbulos, ¡que lo disfruten! Leer en Revista Exégesis . Leer en mi galería de cómics . O cliquear debajo para leer en Issuu: Open publication - Free publishing - More altais

El perro triste (cuento)

T enía 17 años cuando tomé la decisión de escribir con asiduidad. De aquella época guardo en mi computadora una carpeta titulada Primera etapa , con un puñado de cuentos escritos entre 1993 y 1995, y que desde el 2000 a esta parte tenía prácticamente olvidados. Durante años, estos cuentos me avergonzaban por su ingenuidad; cuando los escribí, sin embargo, era otra persona y ya no los siento propios. Esto me permitió volver a ellos con menos prejuicios, y hoy creo que se merecen un mejor final que morir arrumbados en un disco rígido ya bastante repleto de cosas olvidadas. Así que decidí revisar toda esta serie -y disimular sus más claras imperfecciones- para publicarla en este blog. Se trata de unos diez cuentos vagamente entrelazados, y mi intención es publicar uno nuevo cada dos semanas, sin ningún orden definido. El primero es el que da nombre a la serie, que había llamado Cuentos de un perro triste. De modo que empecemos: EL PERRO TRISTE Nadie se había puesto de acuerdo en un nombre

El origen de lo ‘bueno’ y lo ‘malo’

E n su 'Genealogía de la Moral', Nietszche proponía la lúcida hipótesis de que las palabras de contenido moral fueron acuñadas por las clases poderosas como un modo de denominarse a sí mismas y de caracterizar sus acciones. Luego, tras la decadencia de esas clases dominantes, las palabras habrían quedado ligadas únicamente a valoraciones morales. Como la mayoría de los ejemplos que da Nietszche provienen del alemán, del inglés o del griego, me tomé el atrevimiento de investigar acerca del origen de los términos ‘bueno’ y ‘malo’ en el castellano. Tal vez mis conclusiones sean apresuradas dado mi escasa (está bien, mi nula) preparación filológica, pero por lo menos, he dado con algunas relaciones sugestivas. A saber: La palabra ‘bueno’ proviene del latín ‘bonus’, que, entre sus muchas acepciones incluye la de ‘rico’, ‘adinerado’. Así parece haber sido utilizada por Cicerón, en “Video bonorum urbem refertam” (“Veo que la ciudad está invadida de ricos” –o, forzando la literalidad