Abocado a los cómics desde hace casi un año, comencé algunas interesantes colaboraciones para la incipiente revista de ciencia ficción Exégesis. Mi limitado talento como dibujante me llevó a la escritura de guiones (donde me siento, por lo menos, no tan limitado). Pero estas colaboraciones todavía están en proceso. Por el momento, la anciana costumbre por los lápices se resiste en abandonarme. Hoy inicio una entrega mensual para esta revista, con pequeñas situaciones basadas en efemérides científicas. La primera, ilustrada por mí, conmemora el desembarco de un ser humano en el Mar de la Tranquilidad:
E n su 'Genealogía de la Moral', Nietszche proponía la lúcida hipótesis de que las palabras de contenido moral fueron acuñadas por las clases poderosas como un modo de denominarse a sí mismas y de caracterizar sus acciones. Luego, tras la decadencia de esas clases dominantes, las palabras habrían quedado ligadas únicamente a valoraciones morales. Como la mayoría de los ejemplos que da Nietszche provienen del alemán, del inglés o del griego, me tomé el atrevimiento de investigar acerca del origen de los términos ‘bueno’ y ‘malo’ en el castellano. Tal vez mis conclusiones sean apresuradas dado mi escasa (está bien, mi nula) preparación filológica, pero por lo menos, he dado con algunas relaciones sugestivas. A saber: La palabra ‘bueno’ proviene del latín ‘bonus’, que, entre sus muchas acepciones incluye la de ‘rico’, ‘adinerado’. Así parece haber sido utilizada por Cicerón, en “Video bonorum urbem refertam” (“Veo que la ciudad está invadida de ricos” –o, forzando la literalidad...
Comments
Y bienvenido, Bardamu. Un verdadero gusto.