El sistema de avisos de uno de nuestros parientes primates, los cercopitecos de nariz blanca nigerianos, ilustra la importancia de este tipo de capacidad combinatoria del lenguaje. El cercopiteco de nariz blanca, al igual que el mono de Vervet, tiene dos llamadas de alerta distintas para sus principales depredadores. "Piou" significa que el leopardo anda cerca y un sonido parecido a "jack" indica que se acerca un águila. Recientemente, dos zoólogos escoceses observaron que los monos han combinado las dos llamadas para formar una tercera, con la que avisan a los monos jóvenes de que es hora de "abandonar el lugar." Semejante innovación entre los cercopitecos de nariz blanca es análoga a nuestra utilización de los morfemas para crear nuevas palabras (...)Wolf, Maryanne (2008) Cómo aprendemos a leer.
E n su 'Genealogía de la Moral', Nietszche proponía la lúcida hipótesis de que las palabras de contenido moral fueron acuñadas por las clases poderosas como un modo de denominarse a sí mismas y de caracterizar sus acciones. Luego, tras la decadencia de esas clases dominantes, las palabras habrían quedado ligadas únicamente a valoraciones morales. Como la mayoría de los ejemplos que da Nietszche provienen del alemán, del inglés o del griego, me tomé el atrevimiento de investigar acerca del origen de los términos ‘bueno’ y ‘malo’ en el castellano. Tal vez mis conclusiones sean apresuradas dado mi escasa (está bien, mi nula) preparación filológica, pero por lo menos, he dado con algunas relaciones sugestivas. A saber: La palabra ‘bueno’ proviene del latín ‘bonus’, que, entre sus muchas acepciones incluye la de ‘rico’, ‘adinerado’. Así parece haber sido utilizada por Cicerón, en “Video bonorum urbem refertam” (“Veo que la ciudad está invadida de ricos” –o, forzando la literalidad...
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