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Pensamientos usurpados: Platón no pensaba como nosotros

"Para el griego clásico, cada aspecto de la existencia podía verse y oírse. En principio (y en esencia) este desconocía la existencia de una realidad invisible y silenciosa. Esto se aplicaba a la existencia en toda su magnitud, pero sobre todo a la existencia humana. Al griego le resultaba desconocida la silenciosa vida interna, el llanto y el pensamiento en silencio. Su vida interna podía existir solo si se manifestaba externamente de modo que se viera y oyera. Platón, por ejemplo, entendía al pensamiento como una conversación que el hombre llevaba a cabo consigo mismo (en el 'Teeteto' y el 'Sofista'). La noción de pensamiento silencioso apareció por primera vez con los místicos, y este concepto tuvo sus raíces en el Oriente. Es más, para la comprensión platónica del proceso, el pensamiento en tanto “conversación con uno mismo” no suponía ningún tipo de relación especial con la conciencia propia (nada diferente, por ejemplo, de la relación con los otros). La conversación con uno mismo se convertía en conversación con el otro sin solución de continuidad, sin que se intuyera frontera alguna entre ambas."

Mikhail Bakhtin (1981) ‘Forms of time and the chronotope in the novel.’ The Dialogic Imagination.

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Hello (cómic)

H ace unos días publicamos en Exégesis un brevísimo cómic creado junto al fantástico artista colombiano Altais . No es más que una mínima vuelta de tuerca al tema de la inteligencia artificial, tocada (creemos) con una pincelada de humor. Sin mayores preámbulos, ¡que lo disfruten! Leer en Revista Exégesis . Leer en mi galería de cómics . O cliquear debajo para leer en Issuu: Open publication - Free publishing - More altais

El perro triste (cuento)

T enía 17 años cuando tomé la decisión de escribir con asiduidad. De aquella época guardo en mi computadora una carpeta titulada Primera etapa , con un puñado de cuentos escritos entre 1993 y 1995, y que desde el 2000 a esta parte tenía prácticamente olvidados. Durante años, estos cuentos me avergonzaban por su ingenuidad; cuando los escribí, sin embargo, era otra persona y ya no los siento propios. Esto me permitió volver a ellos con menos prejuicios, y hoy creo que se merecen un mejor final que morir arrumbados en un disco rígido ya bastante repleto de cosas olvidadas. Así que decidí revisar toda esta serie -y disimular sus más claras imperfecciones- para publicarla en este blog. Se trata de unos diez cuentos vagamente entrelazados, y mi intención es publicar uno nuevo cada dos semanas, sin ningún orden definido. El primero es el que da nombre a la serie, que había llamado Cuentos de un perro triste. De modo que empecemos: EL PERRO TRISTE Nadie se había puesto de acuerdo en un nombre

El origen de lo ‘bueno’ y lo ‘malo’

E n su 'Genealogía de la Moral', Nietszche proponía la lúcida hipótesis de que las palabras de contenido moral fueron acuñadas por las clases poderosas como un modo de denominarse a sí mismas y de caracterizar sus acciones. Luego, tras la decadencia de esas clases dominantes, las palabras habrían quedado ligadas únicamente a valoraciones morales. Como la mayoría de los ejemplos que da Nietszche provienen del alemán, del inglés o del griego, me tomé el atrevimiento de investigar acerca del origen de los términos ‘bueno’ y ‘malo’ en el castellano. Tal vez mis conclusiones sean apresuradas dado mi escasa (está bien, mi nula) preparación filológica, pero por lo menos, he dado con algunas relaciones sugestivas. A saber: La palabra ‘bueno’ proviene del latín ‘bonus’, que, entre sus muchas acepciones incluye la de ‘rico’, ‘adinerado’. Así parece haber sido utilizada por Cicerón, en “Video bonorum urbem refertam” (“Veo que la ciudad está invadida de ricos” –o, forzando la literalidad